Suchard, el origen de Milka y los Sugus
Bs 02x06 · 10min. · 01/01/17
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Esto es así gracias a la labor de un suizo tremendamente emprendedor llamado Philippe Suchard. Según las memorias de su hermana, Philippe descubrió con tan solo doce años que la fabricación de chocolate podría ser una gran industria. Y seis años más tarde realizó su sueño y entró a trabajar como aprendiz en una confitería.
Durante ese periodo decidió formase en idiomas y tras aprender alemán e italiano, se marchó a EEUU para estudiar inglés. Dos años después de volver de allí, en 1826, abrió una fábrica de chocolate en Serrières (Suiza).
Los comienzos de la compañía fueron bastante complicados debido a que el cacao no era un producto barato precisamente y le costó financiar su proyecto. Pero todo cambió cuando el Rey de Prusia, Federico Guillermo IV quedó maravillado con sus chocolates. Esto supuso un auge de ventas que le motivaron a presentar sus dulces en la Exposición Universal de Londres de 1851, donde ganó varios premios.
El éxito de sus productos fue en aumento y en 1880 abrió otra fábrica en Lörrach (Alemania). Ya vimos en BrandStocker con la historia de Nestlé, que la industria chocolatera estaba muy arraigada en Suiza. Por eso Philippe Suchard buscó la diferenciación de sus productos respecto a los de sus competidores envolviéndolos con papel de color lila.
Philippe falleció en 1884, pero antes de pasar al otro lado nos dejó uno de los hallazgos más dulces de su historia… le añadió leche a su chocolate. Sus hijos evolucionaron esta idea durante la siguiente década hasta que en 1901 crearon otra marca mítica de chocolates: Milka. Tenemos que decir, como curiosidad, que el 23 de enero de 1893 Suchard fue registrada como marca internacional, convirtiéndose en la primera marca del mundo en obtener este tipo de registro. Pero vayamos a Milka.
Todo el mundo sabe que el packaging de Milka es lila –que no morado– pero su origen está en la prolongación del pensamiento diferenciador de Philippe Suchard. Insistimos en lo de “lila” porque a comienzos de los 90 del siglo XX, la marca registró el uso exclusivo del color “lila” para cualquier campaña publicitaria relacionada con chocolate –algo que también intentó la británica Cadbury–.
La presencia de la vaca lechera era una evidencia necesaria que inventó la agencia Young&Rubicam para contextualizar el producto en una campaña publicitaria de 1972. Mientras que su naming es un acrónimo de «Milch und Kakao» –que en español es: leche y cacao– aunque hay confabuladores que apuntan a un “homenaje” a una soprano croata llamada Milka Ternina.
En los años posteriores la compañía siguió creciendo y aumentaron tanto las cuotas de mercado que llegaron al punto de necesitar diversificar la industria del dulce para reinventarse. Necesitaban nuevos productos que fueran una alternativa al chocolate.
Por aquel entonces Hans-Conrad Lichti era el director general de la empresa y su afán por aumentar el catálogo de productos le llevó a patearse Europa en busca de ideas, hasta que llegó a Cracovia (Polonia). Allí encontró una receta –de origen británico– de un caramelo particularmente tierno y casi desconocido. Su textura era muy moldeable y su densidad era mucho menor que la del resto de dulces del momento. Lichti se hizo con la patente por 500 dólares y creó un caramelo que se podía masticar sin romperse y luego podía chuparse. Así en 1931 lanzó al mercado este producto estrella
Puesto que la particularidad principal de estos caramelos era que se deshacían al ser chupados, buscaron términos escandinavos relacionadas con esta acción. Y así nombraron al producto con el nombre de «Sugus», que viene de “suge”, cuyo significado es algo parecido a “chupar”.
El formato de estos caramelos fue también muy original ya que eran cuadraditos de 20mm de ancho y 7mm de espesor, exactamente igual que en la actualidad. Originalmente sólo había cuatro sabores que eran identificados por el color de su envoltorio –otro acierto con el branding– éstos eran: amarillo para el limón, violeta para la frambuesa, azul para la piña y naranja. Aunque posteriormente se aumentaron los sabores e incluso el tamaño de los Sugus. Sí, en Argentina crearon los sabores de menta, ananá, uva y damasco entre otros, y lanzaron unos Sugus de 50mm de ancho que llamaron Sugus Max.
Al igual que vimos en el BrandStocker que le dedicamos a Kleenex, Sugus empezó siendo el nombre de un producto novedoso que, debido a su éxito, se ha convertido en el naming genérico de todos los caramelos que tienen las mismas características.
Existe cierta controversia –por no decir leyenda urbana– sobre el origen del color azul del envoltorio del Sugus de Piña. La leyenda dice que es de este color por la bandera de Barbados, principal productor de piña del mundo. Bueno, este dato no es cierto porque quien ostenta este título es realmente Costa Rica. El origen es mucho más sencillo. El color amarillo está asignado al limón y el marrón está asociado al chocolate –y los Sugus no tienen chocolate– entonces Suchard buscó un color que no se asociara a otros sabores… y el que estaba libre era el azul.
Antes de poner fin a la historia de esta marca, os dejamos unos datos curiosos sobre el bueno de Philippe Suchard, que a nosotros nos han dejado muy buen sabor de boca.
El primero de ellos es que era tan emprendedor que en 1837 intentó introducir en Suiza la cría de gusanos de seda, plantando 3000 moreras… pero una plaga se llevó por delante su proyecto. El segundo dato curioso es que fue médico de campo en la Batalla de Solferino, que enfrentó a Napoleón III de Francia con Austria.
Y la última anécdota es que estaba obsesionado por el control del caudal del río que que bajaba junto a su primera fábrica. El agua movía el molino con el que molía los granos de cacao y en una ocasión, sus inundaciones controladas provocaron el hundimiento del fondo de un lago próximo. ¡¡La profundidad del lago bajó tanto que dejó a la vista un asentamiento celta del año 450 a.C.!!.
Branding rules!
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