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Podcast / Netflix y el origen de las plataformas de streaming

¡Hola, brander! ¿Sabes qué tienen en común los Rolling Stones, Kodak, y un ascensor; con Apolo 13, el correo postal, y un videoclub? Pues apaga la televisión porque esta semana te voy a contar la Historia de Netflix y el origen de las plataformas de streaming.

Aunque parezca impensable, las plataformas streaming no son algo reciente, tienen su origen en las primeras décadas del siglo XX (como lo oyes). Todo empezó en la cabeza de George Owen Squier y su método de trasmisión. Squier era un General de EEUU experto en telecomunicaciones que además participó en la Guerra contra España en 1898. Pero sobre todo fue un refutado inventor que sacó adelante una cosa muy parecida a Spotify. Al inicio de los años 20, estaban comenzando las trasmisiones por radio destinadas al entretenimiento y como él poseía algunas patentes, creó un sistema de radio para emitir música a través de un aparato que recibía señales por líneas eléctricas.

Al comenzar los años 30, pensó que era buena idea instalar su invento en los ascensores de rascacielos para tranquilizar a la gente que subía en ellos. ¡Claro! Piensa que todavía no se confiaba mucho en los elevadores. ¡Acuérdate de cuando te conté la historia de Otis y el origen del ascensor! De este modo, nació su empresa Muzak, que era una mezcla de la palabra music con la marca Kodak. Por desgracia el invento acabó en un cajón, porque, aunque llegó a implantarse en hoteles y comercios, era algo demasiado avanzado y la tecnología de aquellos tiempos no daba para tanto.

No fue hasta los años 90 que la idea cobró mejor forma. Primero en 1993 a través de la red virtual Mbone, que era una red de internet de alta velocidad que se utilizaba para retransmitir conferencias académicas, y que acabó emitiendo en directo conciertos como el de los Rolling Stones en la Super Bowl de 1994. El resto es una Historia muy conocida, porque todo se revolucionó con YouTube en 2005 y poco después, con Netflix.

Netflix tuvo su primera presencia en internet gracias a la red Mbone.

Reed Hastings ya era un hacha antes de fundar Netflix, especialmente en los estudios. A principios de los 80, se graduó en la carrera de matemáticas y se mudó a Suiza para trabajar de profesor y ahorrar algo de dinero para sacarse un máster. Se vio que su plan dio muy buen resultado porque tres años después, volvió a EEUU para matricularse en ingeniería informática y trabajar en una empresa donde creó una herramienta para depurar software.

A pesar de su éxito, Hastings decidió abandonar aquella empresa para fundar la suya propia. Tras varias fusiones y adquisiciones su compañía se convirtió en Pure Atria Corporation. Y ya sabes cómo va esto de las tecnológicas, Pure Atria compró una empresita llamada Integrity QA y… Pues resulta que esta compañía fue creada por un tal Marc Randolph, y a Hastings le cayó tan bien este tipo que decidió nombrarle vicepresidente de marketing corporativo. De esta manera fueron forjando una amistad que les llevaría a la creación de Netflix y la consiguiente revolución audiovisual.

Reed Hastings, uno de los fundadores de Netflix.

Es vox populi que Netflix se creó a partir de una multa de videoclub. Como seguramente te haya pasado con este sistema de alquiler de películas, a Hastings también se le olvidó devolver una película: Apolo 13 para ser exactos. La mítica franquicia BlockBuster le penalizó con 40$. Esto no le hizo mucha gracia a Hastings y decidió cofundar su propio videoclub con Randolph, pero con un sistema diferente al de los videoclubs normales. Ellos iban a alquilar películas por correo postal. No hacía falta ir físicamente a devolver las pelis.

Para llevar esto a acabo, lo primero que hicieron fue probar la idea y enviarse un DVD a ellos mismos para comprobar que venía sin daños. Eran las décadas del monopolio del VHS, y el uso del DVD (mucho más caro) era una apuesta por la calidad. Una vez asegurada la integridad de las películas, abrieron un catálogo online donde la gente podía buscar una película para recibirla en casa (como un Glovo de películas, más o menos). Finalmente en 1999 dieron un paso más allá y crearon una suscripción con número ilimitado de películas para alquilar, ahora sí, sin fecha de entrega o penalización por retraso.

El comienzo de Netflix fue puramente retro: un alquiler postal de DVDs.

Netflix es una de esas empresas que lo tiene todo bien hilado en materia de branding. O lo tenía, por lo menos, hasta la subida loca de precios de 2023. Esto se ve incluso con su naming y logo. El nombre de “Netflix” proviene de la combinación de la palabra “net” (derivada de la palabra “internet”) y la palabra “flix” o “flicks” (que es una manera coloquial de llamar a las películas en inglés).

El logo de Netflix siempre ha sido una identidad verbal rodeada de otros elementos. Por ejemplo, el primer logo que diseñaron tenía el nombre separando, es decir, “net” separado de “flix” por un rollo de película. Más tarde pasaron a unas letras en blanco sobre fondo rojo, en alusión a los sobres del correo postal de sus envíos. Y finalmente llegó el maravilloso rebranding creado por Moving Brands que dio pie al diseño actual. Con el paso de los años el diseño de la identidad visual de Netflix ha ido volviendo más minimalista, todo conectado, para demostrar de alguna forma que internet se había convertido en el principal medio de difusión de películas.

El nombre de proviene de la combinación de la palabra “net” (“internet”) y la palabra “flicks” (manera coloquial de llamar a las películas en inglés).

En el año 2000, los números no eran los esperados así que Hastings y Randolph fueron a ver al jefazo de Blockbuster para venderle Netflix por 50 millones de dólares. El argumento de venta fue que Netflix se convirtiera en la división de alquiler digital de Blockbuster. Pero John Antioco, el boss de Blockbuster, rechazó la oferta ofendidísimo y con muy malas formas. Los echó a grito pelado sentenciando que “ya se ocuparían ellos mismos de adaptarse a lo digital cuando fuera necesario”. Como te digo esto fue en el año 2000, quédate con este dato.

Los chicos de Netflix mejoraron su catálogo e implementaron un sistema de recomendaciones que se basaba en las valoraciones de otros usuarios para predecir sus gustos. Además innovaron con la creación de perfiles para diseñar listas basadas en estados de ánimo. Estas mejoras lanzaron a Netflix al estrellato, alcanzando 5 millones se suscriptores. Mientras que Blockbuster finalmente cerró en 2014.

Netflix pretendió venderse a Blockbuster para convertirse en la división de alquiler digital, pero nunca llegó a ocurrir.

En 2007, Netflix se convierte en lo que conocemos hoy en día: una plataforma de streaming con posibilidad de seguir alquilando películas digitales de forma ilimitada. A partir de aquí, comienza a aparecer como aplicación en consolas y teléfonos móviles, y consiguen realizar sus primeras producciones. Lilyhammer fue la primera serie original de la plataforma; pero eso no les bastaba. Tras éste éxito decidieron producir películas y series interactivas, y más recientemente se han metido de lleno en el desarrollo de videojuegos para móviles.

Estoy acabando, pero antes de despedirme, tengo que contarte una pequeña curiosidad sobre el sonido que emite Netflix. Cuando comienzas a ver un episodio nuevo, el famoso “tudum”, se dice que lo cogieron la serie House of Crads, cuando Frank Underwood da dos golpes en la mesa al final de la segunda temporada. Además, Netflix todos los años realiza un evento sobre los estrenos de la próxima temporada, que se llama “TUDUM!”, en honor a su famoso sonido de inicio.

Branding Rules!

 

Fuentes:

grupomotiva.es
spoilertime.com
wikipedia.org
wikipedia.org
histografias.com
netflix.com
muyinteresante.es
okdiario.com
seriepolis.com

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