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Podcast / Frisbee y el origen de los OVNIS

¿Sabéis qué tienen que ver Tom y Jerry, los nazis y Marty McFly, con el incidente Roswell?. Se trata de una empresa norteamericana que se dedicaba a fabricar empanadas y sin saberlo acabó creando un deporte. Esta semana voy a contaros la historia de la marca Frisbee y el origen de los OVNIS.

La historia que os voy a contar hoy se empieza a escribir en Bridgeport, una pequeña ciudad al Este de los EEUU, en el estado de Connecticut. Allí, en 1871, un buen hombre llamado William Russell Frisbie decidió comprar una vieja panadería de la localidad para emprender un nuevo negocio. La panadería en cuestión pertenecía a una cadena de panaderías llamadas Olds Baking Company, así que el Sr. Frisbie cambió el naming de la tienda por el de Frisbie Pie Company.

Fueron pasando los años y el negocio creció tanto como su popularidad. Desgraciadamente el Sr. Frisbie falleció en 1903 y no pudo ver todo lo que daría de sí su apellido, pero sus hijos se encargaron de que la receta de su difunto padre siguiera haciendo la boca agua en Connecticut. Por eso, en 1905, antes de que llegara la electricidad a la ciudad, William Russell Frisbie Jr. construyó una planta eléctrica propia en el sótano de su casa para satisfacer la demanda de empanadas. La jugada no le salió mal porque diez años más tarde tuvo que construir otra panadería, pero esta vez de tres pisos.

Fábrica de Frisbie Pie Company en Bridgeport (1920)
Fábrica de Frisbie Pie Company en Bridgeport (1920)

Las empanadas de Frisbie Pie Company costaban cinco centavos y se distribuían en carros tirados por caballos por todo el estado, es decir, no era un simple comercio local. De hecho, a comienzos de los años veinte la panadería producía nueve toneladas de empanadas al día, o lo que es lo mismo… más de 50.000 empanadas diarias. Una salvajada. Con semejante ritmo de producción, la compañía tuvo que adquirir una flota de 200 camiones… porque la demanda de empanadas horneadas no paraba.

Uno de los pilares del negocio estaba en que había dejado de ser una empresa de productos B2C para convertirse en todo un referente B2B. Esto les permitió crear una red comercial muy importante para vender sus empanadas, pasteles y panes, en muchas localidades del estado… y en sus Universidades. Precisamente la Universidad de Yale estaba cerca de Bridgeport, algo que va a ser vital para el devenir del apellido Frisbie y que representa uno de los casos de naming más curiosos.

Frisbie Pie Company empezó distribuyendo sus pasteles en coches de caballos
Frisbie Pie Company empezó distribuyendo sus pasteles en coches de caballos

Las empanadas de las que os estoy hablando son esas recién horneadas que aparecían en los dibujos animados y terminaban siendo motivo de disputa entre Tom y Jerry. Si recordáis, alguien ponía una empanada en la venta de la cocina y el olor apetitoso desencadenada la acción. Pues esas empanadas venían en unos moldes de metal redondo para que aguantasen las altas temperaturas del horno y no se deformasen. Y ¿esto a qué viene? Pues veréis…

Los empleados de Frisbie Pie Company jugaban a lanzarse estos moldes, los unos a los otros, durante el almuerzo. Al estar en una zona cercana a la Universidad de Yale, los alumnos empezaron a hacer lo mismo en el campus, y a su vez, esta práctica se puso de moda en otras Universidades del estado. Los moldes eran de metal y tenían una aerodinámica tan buena que al lanzarlos rotando sobre su propio eje planeaban en el aire. Pero había un problema. Al ser de metal te podía hacer bastante daño si te golpeaba en la cabeza. Por eso los universitarios los lanzaban avisando al grito de “¡¡Frisbie!!”… porque los moldes tenían grabado el logotipo de Frisbie Pie Company. Curioso ¿verdad?.

Estamos en los años de la II Guerra Mundial y muchos de aquellos universitarios tuvieron que dejar sus estudios para enrolarse en el ejército de los EEUU para ir al frente. Los ratos libres en las bases militares y en los cuarteles se hacían eternos, por lo que se distraían jugando a lanzarse el Frisbie igual que hacían en la Universidad.

Uno de esos muchachos era Walter Frederick Morrison, piloto del mítico avión de combate P-47 Thunderbolt de las fuerzas aéreas estadounidenses. Durante una misión en Italia, Fred fue derribado y los nazis le tuvieron prisionero en el campo de prisioneros de Stalag 13, durante 48 días. Al concluir la contienda puso en práctica los conocimientos de aerodinámica que había adquirido en el ejército para mejorar el Frisbie. Finalmente en 1946 logró su cometido y diseñó el Whirlo-Way, el primer disco volador del mundo.

El Whirlo-Way estaba fabricado con baquelita y si se estrellaba contra un suelo muy duro, se hacía añicos. Entonces Fred se dedicó a buscar nuevos materiales de producción. Si recordáis cuando hablamos de la marca DuPont, eran los años en los que el plástico llegó a nuestras vidas, pero su fabricación era muy cara. Cuando todo estaba prácticamente perdido apareció lo que hoy denominaríamos un business angel, llamado Warren Franscioni. Franscioni financió económicamente el proyecto para crear moldes de plástico.

Walter Frederick Morrison promocionando su Pluto Platters
Walter Frederick Morrison promocionando su Pluto Platters

Justo un año antes, en 1947, un hombre de negocios llamado Kenneth Arnold volaba con su avión privado cerca del Monte Rainier cuando vio varios objetos brillantes en forma de ala delta que volaban a más de 1900 kilómetros por hora. Cuando lo denunció a las autoridades declaró que “marchaban velozmente como un escuadrón y se movían como lo hace un disco que rebota en la superficie del agua”. Los periódicos tergiversaron las palabras exactas de Kenneth y describieron los objetos como ‘platillos volantes’. Este hecho fue el pistoletazo de salida del fenómeno OVNI y desde ese momento los avistamientos empezaron a describirse como ‘platillos volantes’ (flying saucers).

A las pocas semanas de esto tuvo lugar el incidente OVNI más célebre de todos los tiempos, el caso Roswell. Me vais a disculpar que no profundice sobre este asunto, no por que no me apasione, sino porque es un tema que se aleja de las marcas con historia, pero sí que os recomiendo que escuchéis podcasts al respecto (que hay miles) o que le preguntéis al bueno de David Mulé, que lleva estudiando estos temas un montón de años.

La cuestión es que los OVNIS estaban en boca de todo el mundo y Fred Morrison convenció a Franscioni para llamar a su invento –cómo no– ‘Flying-Saucer’ (Platillo Volante). A pesar de este naming tan oportunista, las ventas no fueron como esperaban y Morrison y Franscioni se separaron. Fred estaba literalmente sin blanca así que le compró a Franscioni los platillos que no habían podido vender y los intentó comercializar por ferias locales.

Flyin-Saucer (1948) – Pluto Platter (1957) – Wham-O Pro (1964)
Flyin-Saucer (1948) – Pluto Platter (1957) – Wham-O Pro (1964)

Fred Morrison era una persona muy perseverante y al año siguiente volvió a la carga con un nuevo prototipo, esta vez diseñado junto a su esposa Lu Nay Morrison. Al fin habían encontrado la forma de abaratar los costes de producción y mejorar el diseño del Frisbie, y lo bautizó con el naming ‘Pluto-Platter’ (Platillo de Plutón). Fred había creado (junto a su mujer) el arquetipo de lo que hoy conocemos como disco volador, pero acabó tan cansado que decidió venderle los derechos a la empresa Wham-O en 1955. Wham-O siguió llamándolo ‘Pluto-Platter’ hasta que en 1959 descubrieron que los estudiantes universitarios estaban llamando al Frisbie, ‘Pluto-Platter’, entonces, en una argucia en el registro del nombre, decidieron cambiarle el naming por Frisbee.

Antes de acabar tengo que deciros que la empresa de empanadas cerró en 1956, aunque en 2016 un empresario local se hizo con el nombre y la receta original del Sr. Frisbie y está vendiendo de nuevo empanadas. La patente de Wham-O sobre el Frisbee caducó en los años ochenta y ahora hay multitud de fabricantes de Frisbees; y Fred Morrison acabó sus días diseñando juguetes para Wham-O pero ninguno fue tan célebre como su platillo volante.

Partido profesional de "Ultimate"
Partido profesional de «Ultimate»

Al margen de todo esto, el Frisbee ha dado paso a deportes tan diversos como el “Disc Golf” (una especie de golf), el “Guts Frisbee” (un balón prisionero), o el más jugado… el “Ultimate” (similar al Rugby) del que se juegan campeonatos nacionales en todo el mundo.

Espero que después de conocer la auténtica historia del Frisbee no penséis –como he leído por ahí– que es un deporte que se inventó en la película ‘Regreso al Futuro III’. Si recordáis, Marty McFly le lanza un plato de tarta con el logotipo de Frisbie a Tannen para quitarle una pistola de las manos… pero sólo es un guiño histórico de Robert Zemeckis a todo lo que os he contado.

Marty McFly en «Regreso al futuro III»

Branding rules!

Créditos

  • Intro: «Feel Good Acoustic Ukulele», Akashic Records.
  • Incidental: «Elle avait pas les yeux noirs», Löhstana David.
  • Cierre: «Enfantillages», Löhstana David.

Fuentes

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