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Podcast / Durex y el auténtico origen del condón

¿Sabes qué tienen en común, Tutankamon, Pirelli y Wikipedia; con el excremento de cocodrilo, un médium y el látex?. Ves lubricándote porque esta semana te traigo la verdadera historia de la marca Durex y el auténtico origen del condón.

El condón más antiguo conocido apareció en la tumba del faraón egipcio Tutankamon. Fue fabricado hace 3.500 años y está expuesto en el Museo del Cairo. Sin embargo, no está claro si su función era evitar embarazos. No hay evidencias de que los egipcios trataran de contener la natalidad, sino de todo lo contrario. Hay inscripciones que explican cómo las mujeres se aplicaban en la vagina supositorios de excremento de cocodrilo, miel y natrón (un mineral conocido como «sal divina» compuesto principalmente por carbonato de sodio).

Esta práctica muchas veces ha sido confundida con un método anticonceptivo, pero en realidad su utilidad era la contraria. Los excrementos y el natrón son alcalinos, lo que favorece el movimiento de los espermatozoides, y la miel es bactericida. En cambio en la cultura oriental los primeros condones fueron de papel de arroz encerado y, aquí sí, eran usados para evitar infecciones y embarazos no deseados.

¿Pero de dónde viene la palabra condón?… Existe un bulo de que el origen del preservativo anticonceptivo lo inventó un tal Lord Condom. Cuenta la leyenda que este supuesto médico de Carlos II de Inglaterra inventó el preservativo con el fin de reducir la descendencia no deseada del monarca. Vamos, que se les estaba llenando Inglaterra de bastardos. Fue el sociólogo y experto en salud anticonceptiva, Norman E. Himes el que investigó y desmintió este mito en la década de los años 40 del siglo XX. Como puedes ver, los ingleses siempre poniéndose medallas que no les corresponden.

En realidad, el origen de la palabra condón para designar a los preservativos es dudoso. Por un lado se cree que viene del latín «condus» que significa «receptáculo«, pero también podría venir de la palabra «condere» que significa «proteger» o «esconder«.

Condon de Tutankamon (3.500 años) - Condón de Lund, Suiza (1813).
Condon de Tutankamon (3.500 años) – Condón de Lund, Suiza (1813).

Durante el siglo XVI Europa padeció epidemias de gonorrea y sífilis que diezmaron tanto a pobres como a ricos. En este contexto de preocupación el Dr. Gabriel Falopio (1523-1562) en su obra titulada «De morbo gallico» escribió sobre el preservativo, por primera vez desde la ciencia médica, como método profiláctico para prevenir el contagio de la sífilis. En el libro describió al condón como una cubierta elaborada con lienzo que cubre solo el glande del pene y es sujetado en su base por un lazo de cinta. Antes de utilizar los condones debían ser sumergidos en un liquido antiséptico que los esterilizaba y ablandaba. Falopio demostró su teoría con más de 1000 hombres y ninguno contrajo sífilis. Toma ciencia empírica.

Estos primeros condones estaban hechos de tripas de cordero o cerdo engrasadas (un material elástico y suave) y tenían un cordel para fruncirlo al pene. Uno de los condones mejor conservados es de 1813 y fue hallado en Lund (Suiza). Está hecho con intestino de cerdo y apareció acompañado de un manual de instrucciones en latín que aconseja sumergirlo en leche templada antes de usarlo para evitar enfermedades al mantener relaciones sexuales con prostitutas.

Entre los siglos XVII y XVIII aparece la primera tienda especializada en condones en Londres, y sus clientes eran los más selectos miembros de la aristocracia europea. Al estar hechos de tripas eran caros, sobre todo porque se vendían en estuches de cristal, estaban cosidos a mano y además venían aromatizados. Lo de usar y tirar todavía no se destilaba, entonces tenían que lavarlo para reutilizarlo hasta que se rompieran por el desgaste. Realmente no eran objetos populares, sino más bien dirigidos a hombres que solían ir de burdeles y poseían dinero para comprarlos. Las mujeres londinenses, por ejemplo, tenían almacenes de condones alrededor de Leicester Square y Covent Garden, y controlaban una industria que era totalmente artesanal. 

Muchas personas famosas escribieron sobre el condón en aquella época, y no siempre bien. En 1671, la Marquesa de Sevigné, en una de sus célebres cartas a su hija, describió al condón como «…una armadura contra el placer y una telaraña contra el peligro». El Marqués de Sade (1740-1814), llego a utilizar tiras de tocino para envolver su pene y crear así su propio preservativo.

Otro «guarrete», el escritor y aventurero Giacomo Casanova (1725-1743), conocido por sus conquistas amorosas en el siglo XVIII, mencionaba a menudo los condones en sus escritos. De hecho al principio hablaba mal: «…no esperes verme encerrado en una piel muerta para probarte que estoy vivo». Y al final de sus días sostuvo lo contrario: «…hace años hubiera considerado al condón como una invención del diablo, pero ahora reconozco que su inventor debe haber sido un hombre de bien». De hecho llegó a desarrollar una técnica para evitar embarazos indeseados, que básicamente consistía en disponer cáscaras de naranjas dentro la vagina de la mujer antes del coito.

Aunque el primero que empleó la palabra condón, como lo hacemos en la actualidad, fue el médico británico Daniel Turner en 1717, cuando lo mencionó en un libro sobre la sífilis. En España, sin embargo, se han hallado condones escondidos entre las páginas de un libro de medicina del siglo XVI en la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca. Durante el proceso de revisión y catalogación de una parte de los fondos históricos, se encontraron varios condones de cerdo con una cinta de color azul para ajustarlos. Al parecer eran del s. XIX, por lo que se presume que fueron puestos ahí, envueltos en una hoja de periódico de 1857, por algún estudiante de la época que estaba consultando aquel libro de medicina.

Condon aparecido en la Universidad de Salamanca. Biblioteca General Histórica.
Condon aparecido en la Universidad de Salamanca. Biblioteca General Histórica.

Cuando te hablé de las marcas Michelin o Milan pudiste ver la importancia que tuvo la aparición del caucho, y en el mundo del fornicio pasó lo mismo. En el siglo XIX se empezaron a fabricar preservativos gracias al incipiente proceso de vulcanización del caucho que inventó Charles Goodyear (segunda vez que le mencionamos esta temporada y seguramente no será la última). En el fondo eran fundas de caucho reutilizables y de gran peso. Pero eso estaban lejos de ser ideales, ya que tenían una costura voluminosa e incómoda a lo largo del borde inferior.

En 1861 apareció en EEUU el primer anuncio de condones en el diario The New York Times. En él se promocionaban los Condones Franceses del Dr. Power. Curiosamente al cabo de un tiempo, un congresista logró que el Congreso norteamericano prohibiese por ley toda publicidad que incentivase el control de la natalidad y, por ende, el uso del preservativo.

Como ves el mundo ya sabía qué eran los preservativos, y situaciones como esta se fueron repitiendo en los años sucesivos. Sin ir más lejos, las tropas norteamericanas de la Primera Guerra Mundial fueron las únicas que tuvieron prohibido hacer uso de preservativos. Para el entonces Secretario de la Armada el condón era un accesorio anticristiano e inmoral, así que quedo terminantemente prohibido. El resultado de esta decisión fue que las tropas estadounidenses fueron las más afectadas por enfermedades de transmisión sexual durante esta contienda. Afortunadamente EEUU aprendió la lección y en la Segunda Guerra Mundial permitió y fomentó el uso de los mismos entre sus tropas.

No te puedo decir lo mismo de los nazis. El Tercer Reich prohibía que los alemanes de «raza aria» utilizaran el condón o cualquier método anticonceptivo y de control de natalidad que limitara la expansión de su raza suprema.

Ilustración de las memorias de Giacomo Casanova (1872) - Anuncio de la agencia brasileña Platinum FMD (2019).
Ilustración de las memorias de Giacomo Casanova (1872) – Anuncio de la agencia brasileña Platinum FMD (2019).

Vayamos centrando la historia en la marca Durex. En el año 1921 Fred Killian inventó el condón desechable. Cuenta la leyenda que el bueno de Fred estaba trabajando en una fábrica de Akron (EEUU). Esta ciudad era conocida como «la capital mundial del caucho» porque las principales fabricas de neumáticos del país estaban allí. Por lo que sea, se le puso el pene erecto y no se le ocurrió otra genialidad que meterlo en un barril con caucho natural en estado coloide. No se sabe si llego a tener descendencia o no, pero lo cierto es que a él le debemos el uso del látex en los profilácticos… y que no tengan costuras.

Unos años antes de este… vamos a decir «hallazgo», en 1915, un inmigrante ruso de origen judío fundó en Londres la empresa London Rubber. Lionel Alfred Jackson se ganaba la vida como representante de artículos de estética y belleza en peluquerías y barberías. Lionel Jackson empezó la actividad vendiendo en una pequeña habitación detrás de un estanco, donde dispensaba preservativos que importaba de Alemania. Dicho de otra manera, era un vendedor ambulante de condones.

Jackson compraba condones al por mayor y les daba salida entre pequeños comercios como farmacias, herbolarios y tiendas de higiene de todo el país. Era un hombre muy conocido y respetado porque ofrecía a sus distribuidores un servicio personalizado y márgenes competitivos.

Pasaron los años y llegamos a 1929. Ese año, un joven polaco de 17 primaveras llamado Lucian Landau fue enviado a Londres para estudiar la tecnología del caucho. Su familia se dedicaba al sector industrial y comerciaban con caucho, perfumes, cosméticos, jabón… y el joven Landau representaba el futuro del negocio familiar. Pero se había enamorado de Londres y tras concluir sus estudios no quería volver a Polonia.

Entonces se puso a buscar trabajo, pero como tenía un visado de estudiante era rechazado constantemente. La única esperanza que le quedaba era crear su propio negocio. A Landau le fascinaba pasar el tiempo viendo escaparates buscando objetos de caucho, y un día cayó en la cuenta que las esponjas para el baño que se vendían eran muy mejorables. Se fue al laboratorio de la universidad, desarrolló una nueva esponja, abrió una empresa y se empleó a sí mismo. Acto seguido, el Ministerio del Interior le concedió el permiso para quedarse en suelo británico, siempre y cuando continuara con el negocio.

Pero Landau no estaba satisfecho con las esponjas que elaboraba. Su afán por comprender y dominar las propiedades del caucho le llevaron a experimentar con una muestra de látex de Pirelli y unos tubos de vidrio. En ese preciso momento, se le ocurrió la idea de hacer condones de látex. Landau era sabedor de que estos productos eran importados de Alemania y Estados Unidos y que no había ningún fabricante británico.

Lucian Landau, auténtico creador de los condones Durex, en la entrada de British Latex Products, 1932.
Lucian Landau, auténtico creador de los condones Durex, en la entrada de British Latex Products, 1932.

Con la esperanza de generar interés en su nuevo invento, Landau volvió a visitar tiendas en sus paseos. Quiso el destino que un señor francés que tenía una farmacia minorista le sugirió que buscara al legendario Lionel Jackson.

Cuando se conocieron Jackson quedó entusiasmado con la experiencia de Landau en la producción de artículos de caucho. Inmediatamente vio que era una oportunidad única de competir directamente con los fabricantes. Así que Jackson le prestó a Landau 600 libras esterlinas para fundar British Latex Products, con el objetivo de suministrar condones a su empresa London Rubber. Jackson fue listo y mantuvo el control de la compañía gracias a que se quedó una participación del 60%.

Aquellos condones iban a necesitar una identidad, un logotipo y sobre todo un naming, así que ese mismo año de 1929 Jackson patentó la marca Durex. El significado viene de los atributos del condón, es decir, «Durabilidad, Confiabilidad y Excelencia» (Durability, Reliability, y Excellence»). No sé si te pasa lo mismo, pero a mi siempre me ha sonado contradictorio que una marca que representa a un producto tan elástico y flexible, tenga un nombre que (por lo menos en castellano) evoca a algo que es todo lo contrario.

Condón Durex (1942-1945) producido bajo la supervisión de Lucian Landau y suministrado a las Fuerzas Aliadas. Foto de Jessica Borge.
Condón Durex (1942-1945) producido bajo la supervisión de Lucian Landau y suministrado a las Fuerzas Aliadas. Foto de Jessica Borge.

Jackson ideó el modelo comercial para suministrar condones, pero realmente la tecnología que había detrás de Durex fue inventada por Landau. Y bajo estos roles arrancó la producción manual de condones en 1932 (debajo de una fábrica de zapatos para bebés, para más inri). Landau tenía apenas 20 años pero Jackson le dio la libertad de diseñar y organizar la fabrica a capricho. Lo cierto es que se llevaban muy bien pero en 1934, con tan solo 40 años, Jackson murió de cáncer.

Su muerte fue tan inesperada que no hubo testamento, por lo que su hermano Elkan y sus hermanas, la Sra. Collins y la Sra. Power, heredaron la empresa. Para complicarlo todo más, las operaciones estaban a cargo del joven Angus Reid, que había sido el primer empleado de London Rubber ocho años antes de la llegada de Landau a la firma. La nueva situación de la empresa no le gustaba mucho al polaco , así que se desentendió de la nueva directiva y se centró en su trabajo diario en el laboratorio y en el taller.

No obstante, Landau era vital para London Rubber y permaneció a cargo de la producción y el I+D, supervisando el traslado de la empresa a una fábrica especialmente diseñada en Chingford a fines de la década de 1930. Fue aquí donde Landau realmente comenzó a desarrollar su ingenio técnico en la producción de condones, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial. Las condiciones de la guerra obligaron a Landau a encontrar formas de producir un producto consistente con diferentes calidades de látex. Además se vio obligado a maximizar el rendimiento bajo fuertes condiciones de presión. Esto aseguró que, al salir de la guerra, London Rubber fuera el mayor fabricante de condones de Gran Bretaña.

Pruebas electrónicas en la década de 1950.
Pruebas electrónicas en la década de 1950.

En esta etapa la producción de condones seguía siendo un proceso en gran medida manual, aunque parte de la inmersión real era asistida electrónicamente. Las partes importantes del proceso, como el decapado y la prueba del producto terminado, se realizaron completamente a mano.

Después de la guerra, Landau se convirtió en director de London Rubber. Pero aunque supervisó algunas decisiones comerciales importantes (como hacer pública la empresa en 1950), su fuerza y ​​legado radicaba en los logros técnicos. Finalmente abandonó la compañía en 1953 y –por lo que sea– le borraron de la historia oficial de la Durex. Luego se construyó una nueva vida como médium e investigador psíquico. –»Inquietante, ¿no Carmen?»–

Está sonando la musiquilla del final de este episodio de BrandStocker pero antes de acabar, y en honor a la verdad, tengo que darte un dato muy importante. Si buscas en internet el nombre del fundador de Durex solamente te aparecerán sus iniciales, L. A. En Wikipedia, incluso en la propia web de la compañía no encontrarás su nombre completo. ¿Por qué?… no lo sé. Lo que sí que sé es que toda esta historia que te he contando es el resultado de una investigación maravillosa que realizó Jessica Borge en 2020. Su esfuerzo y tenacidad han supuesto el descubrimiento de la auténtica historia del origen de la marca Durex. Jessica Borge es Gerente de Colecciones Digitales e Investigación del King’s College de Londres y el resultado de sus indagaciones lo puedes leer en un libro alucinante llamado: «Protective Practices».

 

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Fuentes

https://www.durex.es
https://www.rtve.es
https://canalhistoria.es
https://www.muyinteresante.com.mx
https://theconversation.com
https://www.bostonglobe.com

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