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Podcast / DuPont, el origen de las medias y la obsolescencia programada

¿Sabéis qué tiene que ver la guillotina, los nazis, los calzoncillos, el Teflón, María Antonieta y la bomba atómica, con la obsolescencia programada y Thomas Jefferson?. Hoy hablamos de DuPont.

Éleuthère Irénée du Pont –más conocido como Irénée DuPont– nació en París el 24 de junio de 1771 en el seno de una familia protesante, hugonote y muy acomodada. Era hijo de Pierre Samuel du Pont de Nemours, un economista, empresario y diputado francés que fue uno de los redactores del Tratado de París de 1783 que puso fin a la guerra de independencia de los Estados Unidos. Como agradecimiento, el rey Luis XVI de Francia le concedió una carta patente de nobleza para que añadiera el sufijo Nemours a su apellido du Pont.

Pero aquí no acaba la cosa, porqué fue el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente que sufragó las reformas más importantes durante la Revolución Francesa. Es decir, –por si no ha quedado claro– Pierre du Pont era un férreo defensor de la monarquía.

 Y cuando digo “defensor” me refiero a que él y su hijo Irénée llegaron a defender físicamente al rey Luis XVI de Francia y a Maria Antonieta ante la muchedumbre que asaltó el Palacio de las Tullerías en 1792. Le condenaron a la guillotina, saquearon su casa y en 1799 tuvo que exiliarse con su familia a EEUU para salvar literalmente el pescuezo.

Para que veáis el trasfondo histórico de la familia du Pont, os diré que quien les ayudó a trasladarse a Norteamérica fue un tal Thomas Jefferson… “simplemente” el tercer presidente de los EEUU.

Éleuthère Irénée du Pont
Éleuthère Irénée du Pont

El 1 de enero de 1800 la familia du Pont desembarcó en Rhode Island y dos años más tarde ya había fundado su negocio en Brandywine Creek, Delaware… ese estado americano famoso por ser uno de los paraísos fiscales más majos del mundo. 

El joven Irénée du Pont era muy buen estudiante pero, al igual que vimos con el inventor del revolver Samuel Colt, estaba fascinado por los explosivos y todo lo que oliese a pólvora. Con tan solo 14 años escribió un artículo sobre la fabricación de pólvora que dejó boquiabierto a su padre. Éste hizo las gestiones oportunas para que la educación del chaval en Francia corriese a cargo de otro de sus amigos, el padre de la química moderna: Antoine Lavoisier. Irénée du Pont llegó a trabajar en una fábrica de pólvora con él, hasta que la Revolución fue cobrando forma y tuvo que echarle una a mano a su padre en una pequeña editorial que administraba.

Por eso, al poco tiempo de vivir en EEUU se dio cuenta de que la pólvora que se fabricaba allí no tenía nada que ver con la que se hacía en Europa. Y el 19 de julio de 1802 empezó a construir uno de sus primeros molinos de polvo en el río Brandywine.

Batería federal con morteros costeros en Virginia (1862)

Ante una industria tan poco desarrollada, la pólvora creada por la compañía DuPont destacó y creció tanto que, a mediados del siglo XIX, suministraba la mitad de la pólvora utilizada por el ejército de la Unión durante la Guerra Civil Americana, lo que le convirtió en el mayor proveedor de pólvora de los Estados Unidos.

Con la llegada del siglo XX DuPont abrió un periodo de investigación que les llevó a fabricar dinamita, explosivos sin humo, adquirir varias empresas químicas y a meter la cabeza en el mundo del motor y de los carburantes. Hasta entonces la dinamita valía para todo, es más, en DuPont llegaron a publicar un folleto titulado ‘La agricultura con dinamita’, un bonito e instructivo documento que apelaba a la destrucción de tocones y obstáculos del campo con dinamita para facilitar la agricultura.

Pierre Samuel du Pont llegó a ser presidente de General Motors
Pierre Samuel du Pont llegó a ser presidente de General Motors

Pero en aquellos años había una industria incipiente que prometía mucho… la automoción. El presidente de DuPont en 1914, Pierre Samuel du Pont (llamado así en homenaje a su bisabuelo) decidió comprar acciones de una empresa que fabricaba automóviles, General Motors… y curiosamente al año siguiente fue nombrado presidente de ésta. Pierre Samuel du Pont, además, pasaría a la historia por utilizar por primera ver una fórmula contable famosa en el mundo de la empresa, la denominada ROE, siglas de return on equity.

DuPont era sinónimo de innovación y desarrollo, por eso años más tarde, el gobierno estadounidense invitó a la compañía a participar en el Proyecto Manhattan para desarrollar la bomba atómica. El presidente de entonces, Walter S. Carpenter, renunció a todos los derechos sobre las patentes desarrolladas por su empresa, por lo que el acuerdo se cerró en 1 dólar. Encima DuPont rescindió el contrato antes de lo acordado y tuvo que devolver 33 centavos al Estado.

Prueba con bomba atómica del ejército de EEUU
Prueba con bomba atómica del ejército de EEUU

Las investigaciones que estaba realizando DuPont llevaron a la compañía a coquetear con una embrionaria Ciencia de Materiales que estudiaba la relación entre las estructuras y propiedades de los materiales. Dicho así no parece algo importante, pero si os digo que gracias a ella en 1930 desarrollaron un caucho sintético llamado Neopreno… la cosa cambia ¿verdad?.

El desarrollo del Neopreno inició una cascada de invenciones que han llegado hasta nuestros días, y que no parece que vaya a concluir. Tras el Neopreno llegaría en 1935 una fibra sintética llamada Nylon. En 1937 un fluoropolímero llamado Teflón. Durante 1952 el Mylar, una película de poliéster excepcionalmente fuerte. 1959 fue el año de una fibra de elastano denominada Lycra. En 1967 llegaría el Nomex, que es otro tipo de fibra. En el 68 llegó el Kapton.

Los 70 se caracterizaorn por una fibra para chalecos antibalas llamada Kevlar y dos materiales para superficies sólidas como el Corian y el Zodiaq. Y ya en el año 2000, obtuvieron un polímero del almidón de maíz que bautizaron con el naming Sorona. Por cierto, todos estos namings están debidamente registrados y, al igual que vimos que le pasó a la marca Velcro, son nombres de producto que han ido haciendo sobra a la marca que hay detrás de ellos. Pero de todos ellos hoy voy a centrarme en el nylon o nailon.

Fabricación de medias de nylon de DuPont

Como decía, el nylon es una fibra textil elástica y resistente que tiene la particularidad de que no necesita ser planchada y no es devorada por las polillas –dato que le convierte en un material imprescindible para confeccionar tejidos, telas y sobre todo… medias.

El nombre de medias tiene su origen en las medias calzas. Las calzas eran una prenda que cubría desde la cintura hasta los pies, mientras que las medias calzas solamente cubrían la mitad, es decir, desde las rodillas hasta los pies. La raíz calc deriva de calceus, nombre latino destinado a la prenda que se ceñía al pié, es decir, al calzado. Cuando los romanos adoptaron el uso de las medias por influencia germana, las nombraron con una derivación de calceus: calcea, que por uso terminó denominándose calzas.

En el Medievo se empezaron a llevar calzas más largas (de pies a cintura) y hubo que diferenciar entre calzas y medias calzas. En el siglo XVI las calzas se dividieron en dos, la parte que cubría muslos y cintura se siguió llamando calzas o calzones, y la parte que cubría pie y pierna… medias o calcetines. El tamaño de los calzones siguió reduciéndose con el paso de los años hasta surgir el término calzoncillos.

Diferencias entre calzas, medias calzas y calzones

Curiosamente, antaño las mujeres no usaban medias, las usaban los hombres. Es más, los hombres se ponían medias para seducir a las mujeres ya que ensalzaban sus dotes –digamos– físicas. Esta costumbre se puso de moda, sobre todo, en el reinado de Catalina de Rusia. Pero volvamos a nuestro añorado siglo XX.

La fabricación de medias era un proceso tan caro (eran de seda) como lento porque se seguían elaborando en unos telares diseñados en 1589 por un clérigo inglés llamado William Lee… hasta que DuPont inventó el nylon en 1935. Las primeras medias de esta «seda sintética» (como también se las conocía) se empezaron a comercializar en Nueva York el 15 de mayo de 1940 bajo el claim “No se rompen”. Fue un éxito sin precedentes porque en pocos días se llegaron a vender 4 millones de pares. Aquellas nuevas medias eran más transparentes, más finas, más ligeras y sobre todo más resistentes… lo que supuso un gran problema. Las medias DuPont eran irrompibles. Así de simple.

Muchedumbre en San Francisco, tras ponerse a la venta las medias de nylon de Dupont
Muchedumbre en San Francisco, tras ponerse a la venta las medias de nylon de Dupont

Hay imágenes de la época en las que se ve cómo remolcaban coches atados con medias de nylon. Las mujeres alucinaban, hacían colas que daban la vuelta a la manzana para comprar aquel prodigio de la industria textil. Todas querían tener un par de aquellas medias a las que no le salían carreras. Entonces ¿cuál era el problema?… pues que duraban demasiado.

DuPont se dio cuenta que habían creado un producto tan bueno que se dejaría de vender al poco tiempo de su lanzamiento. Las mujeres se comprarían un par de medias una vez en la vida, no más. Así que DuPont le dio instrucciones a sus químicos para que desarrollasen un tejido más frágil. Querían que durase menos y las mujeres comprasen más a menudo. Esto se ve muy bien en la película de Alec Guinness ‘El hombre del traje blanco’. Lo que no se ve en la película y el mundo no supo hasta décadas más tarde es que este hecho fue el primer caso datado de obsolescencia programada.

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial la producción de nylon se destinó en exclusiva a fabricar paracaídas y las medias llegaron a Europa. Dentro del contexto bélico, las medias de nylon se convirtieron en una moneda cambio muy cotizada en los territorios liberados de los nazis.

Tras la contienda muchas empresas aprovecharon las innovaciones de DuPont. Una de ellas fue Tupperware que, como recordaréis, fue fundada por un antiguo empleado de DuPont. Otra marca a destacar es Wolford, que elaboró las primeras medias sin costura y zanjó de una vez por todas el problema estético de alinear la dichosa costura. Aunque paradójicamente hoy en día se siguen fabricando algunos modelos con costura, precisamente por motivos estéticos.

Después llegaron las medias térmicas, cubanas, caladas, antiembolias, de encaje, con autosujeción… pero curiosamente DuPont no se ciñó a la fabricación de medias. Siguió –y sigue– trabajando e investigando nuevos materiales que nos hagan la vida más fácil y cómoda. Por todo esto la familia du Pont es una de las más ricas de EEUU e influyentes de la Historia.

Medias de DuPont

Branding rules!

Créditos

  • Intro: «Feel Good Acoustic Ukulele», Akashic Records.
  • Incidental: «Elle avait pas les yeux noirs», Löhstana David.
  • Cierre: «Enfantillages», Löhstana David.

Fuentes

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